viernes, 15 de abril de 2011

La emoción del "Acompañar"

Una de las funciones del Educador Familiar es la de acompañar en gestiones para el acceso a recursos y prestaciones, según explicita el manual del Programa de Tratamiento a Familias, que organiza y estructura la labor de los Equipos de Tratamiento Familiar.
En esta ocasión me ha tocado acompañar a una persona a realizar unas gestiones, que por importante para ella y su familia, se ha significado como una acción sencilla, ya que en la sencillez está la normalidad.
Hay que decir que en el trabajo que hacemos con las familias se ha de buscar una normalidad suficiente, una acción recubierta de la necesaria confianza que normalice un gesto, una palabra, una mirada, el roce de un brazo. Y aunque tenemos claro de que no somos parte de la familia, sí tienes que bucear durante algunos segundos por entre sus sentimientos, el tiempo justo para no ahogarte en ellos, y el suficiente para que te sirva a la hora de entender y vivirlo empáticamente.
Quizás, existan muchas labores gratificantes en nuestro trabajo, pero sentir que estás acompañando a una persona o a la familia en un camino normalizado, donde la confianza te hace sentir parte de ese proyecto vital que mueve a la familia, es lo más placentero para mi. Ya que cuando comenzamos a trabajar con ella, no había nada que posibilitase ese movimiento.

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