martes, 20 de noviembre de 2012

Día Internacional de los Derechos de la Infancia



En 1959 la Asamblea General de las Organización de Naciones Unidas aprobó una Declaración de los Derechos del Niño, que en estos tiempos que corren, se hubiese debido denominar “del niño y de la niña”.
A partir de ahí, la ONU determinó que fuese el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños (UNICEF) el organismo encargado de la protección de l@s menores. Desde entonces se ha empleado a fondo para proteger jurídicamente a la infancia, y fruto de sus debates nació, el 20 de noviembre de 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño. Es por ello que hoy se celebra el día Internacional de los Derechos del Niño y 23 años desde que se celebró la Convención de los Derechos del Niño. Tiempo que muchas voluntadas siguen empujando el mundo de los derechos de la infancia para conformar un mundo mejor para las niñas y niños de todo el mundo, un mundo que cada vez es más ingrato para l@s menores, un mundo que exprime a las personas, quedando la parte más débil, la infancia, a merced de los poderes opresores.
Desde un aspecto formal, la Declaración de los Derechos del Niño contiene diez artículos o preceptos que tratan de proteger jurídicamente a l@s menores. Por otra parte el espíritu de dicha Declaración, busca la protección de la infancia de cara a un desarrollo físico, mental, moral, espiritual y social, donde todas y todos sean iguales sin ninguna excepción en busca de un futuro lo más normalizado posible en unas condiciones de libertad, dignidad, felicidad y armonía.

Quizás sea porque ha pasado mucho tiempo desde el 1959, que en la mente del colectivo humano se esté diluyendo los derechos que entonces se establecieron, tal vez porque la velocidad de crucero que ha alcanzado la sociedad “neoliberal”, amparada por el desarrollo económico y porque no se tiene el suficiente sosiego y templanza para detenernos a contemplar como están creciendo nuestros niños y niñas, como se están desarrollando, con qué calidad y bienestar. Un bienestar que se está desmontando gracias a las políticas de ajuste, que se han decidido desde el poder económico y político.
En estos momentos de crisis social y económica, el número de menores en situación de riesgo de exclusión ha aumentado exponencialmente, l@s menores que cada día se alejan más y más de la educación y formación de la escuela, para ayudar a sus padres a encontrar recursos económicos para el sustento de las familias, crece y crece, sin que la Administración tenga recursos para evitarlo y combatirlo, puesto que las políticas sociales que antes se encargaban de ello están mermadas por los ajustes. De hecho los programas de absentismo de la Junta de Andalucía han menguado significativamente en los últimos 5 años. Las medidas de desamparo de l@s menores, que están siendo maltratados por sus familiares y su entorno social, se convierten en “muy difíciles de aplicar”, puesto que no existen medios materiales. Y aunque se convierte en preceptivo el trabajar en el medio familiar y social las conductas maltratantes para tratar de erradicarlas, las familias tienen prioridades más esenciales y básicas.
Bueno, no obstante, con crisis o sin crisis, la sociedad tiene que seguir tratando adecuadamente la infancia y evitando el maltrato de la misma a manos de la propia sociedad, y aunque suene a paradoja es ciertamente una cosa evidente de la que los poderes políticos y sociales no pueden huir.
Para finalizar, nuestro propósito ha de ser el de buscar una vida mejor para nuestras hijas e hijos, pues serán el futuro de nuestra sociedad, l@s que perpetúen un mundo mejor del que le estamos dejando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario