viernes, 21 de enero de 2011

Las funciones del Educador Familiar en un Equipo de Tratamiento Familiar

Fundamentalmente el educador se desenvuelve en un espacio educativo, tanto con los menores, como con los padres. Ámbitos de la enseñanza-aprendizaje que transciende los límites del “colegio” (Centro educativo), por ello la educación familiar viene a complementar los procesos educativos, que nacen en la familia (primer ámbito socializador y educador), para continuarse con el centro educativo (segundo ámbito de socialización) y vuelve a la familia para completarse el círculo de efectiva atención socio-educativa.
 La familia como primer ámbito socializador, tiene una repercusión muy significativa en el desarrollo social y educativo de los menores, por su parte la institución escolar tiene un papel formativo-educativo fundamental, demostrado desde hace varios siglos. No obstante es ahora cuando se está demostrando e impulsando el buen entendimiento y el trabajo conjunto colegio-familia, ya que tanto en un ambiente como en otro, los menores se desarrollan de forma complementaria. Como bien es sabido, de nada sirve ciertas medidas o actuaciones desde el centro educativo, si desde la familia no se corrobora y afianza estas medidas, y viceversa.
Por ello, desde el Programa de Tratamiento Familiar, se le vino a dar importancia a la figura del Educador Familiar, para realizar ciertas funciones de ayuda y de complementariedad entre los tres ámbitos fundamentales que afectan a los menores; familia, escuela y sociedad.
En su trabajo directo con las familias, el educador evaluará tanto habilidades parentales, capacidades educativas familiares y los modelos educativos utilizados. Orientará a la familia en las relaciones de
 convivencia y en su capacidad de socialización, ofreciendo pautas educativas o modelando las que ya existen. Acompañar en gestiones para el acceso a recursos y prestaciones. Y comprobar directamente el cuidado que reciben los menores, así como recopilar información sobre la dinámica familiar.

Con los menores, directamente, intervendrá con ellos en su espacio (escuela y barrio) para ayudarle en posibles dificultades de integración. Promoverá, orientará y movilizará sobre recursos educativos, así como de ocio y tiempo libre.

Y de forma general programará actividades socio-educativas específicas:
-          Organización y economía familiar (horario, higiene, ahorro, etc.)
-          Educación para la salud y la actividad física.
-          Integración de los menores en el medio escolar (tratar conductas educativas problemáticas, informar y mediar sobre aspectos específicos de los menores y sus familias).
-          Habilidades socio-laborales (orientación educativa y laboral).

Por último, a nivel institucional, establecerá coordinación con las instituciones socio-educativas que tienen incidencia sobre las familias (educación formal y no formal).

1 comentario:

  1. Educacion Familiar. Intervención con familias en riesgo de exclusión social

    Al hablar de SISTEMA FAMILIAR no hacemos referencia solamente al individuo en su subjetividad, es decir, sistema familiar alude al mismo individuo y sus interacciones y relaciones con los demás. Es decir, entiende que el comportamiento de un individuo no se da aisladamente, sino que tiene sentido dentro de un contexto en el que siempre hay «otros» implicados. Por ello, se puede certificar que su comportamiento está «conectado» de manera dinámica a los comportamientos de las personas con las que se relaciona -en su casa, en su trabajo, en su comunidad, en su sociedad, con el grupo de amigos, etc.-.

    El contexto más significativo de las personas es la Famila. Desde el modelo sistémico -del que más adelante hablaremos- ésta es entendida como un sistema en el que un grupo de personas interaccionan entre sí, y donde las relaciones entre sus miembros están afectadas y constituidas por una serie de reglas, criterios y normas. Mediante estos indicadores de relación, el sistema familiar se configura como una «totalidad». ¿Qué queremos decir con la palabra totalidad?, simplemente que las reglas dotan al sistema familiar de una identidad propia, fundamental para garantizar su estabilidad y equilibrio interno sin el cual la familia correría el riesgo de disgregarse e incluso disolverse.

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