No, no penséis que trato de
explicar algún tipo de "burrada" o técnica educativa desfasada en el
tiempo, mi preocupación estriba en estos momentos en ese sentimiento más o
menos reciente que nuestra sociedad está mostrando hacia los animales de
compañía (llámense; perros, gatos, serpientes, arácnidos, roedores, etc.),
aunque sin profundizar demasiado en el tema, me quedo con gatos y perros. Sé
que la moda no es nueva, es@s hij@s que empujan a sus padres/madres a adquirir
el gatito, tan “tiernito” y cariñoso cuando tiene un mes, que más tarde le sale
el instinto animal y un arañazo puede hacerte perder el ojo, por lo que el “pobre”
ANIMAL, tiene que ser expulsado de la casa (sin nominación precisa).
También están los perritos, que
cuando crecen tienen que cagar en los lugares más insospechados y como sus
dueñ@s son más ANIMALES , que ellos mismos, no tienen la decencia, ni la
educación de doblar la cerviz para retirar del espacio “público-común” los excrementos
del perrito, precisamente lugares donde juegan nuestros hijos e hijas.
Y es curioso ver como los
animales (irracionales) hacen sus necesidades, sin conciencia de sus ANIMALES
dueños, frente a ti y tus hij@s, mientras que tratas de que tu hij@ tire el
envoltorio del caramelo en la papelera… ¡Papá!, ¿porqué tengo que tirar el
papel a la papelera, mientras que ese ANIMAL, no recoge la caca del perro?...
Respuesta: [……]
Yo aplaudo a tod@s l@s que desean
focalizar su cariño y su “amistad” sobre un animal, que nos da compañía, nos
ayuda a protegernos, etc., pero cuidar de un animal (gato, perro, serpiente,
etc.) supone responsabilidad, esa maravillosa palabra, que much@s tardan tanto
tiempo en entender y, aun más en usar. Al igual que debo ser responsable en el
cuidado de las personas, deberíamos ser responsables en la atención de nuestros
animales, pues yo hablo de lo que veo de puertas a la calle, pues de puertas
adentro existen barbaridades de las que no voy a hablar aquí. No obstante tener
un animal, no es tener un objeto al que deseo y después de dicha pasión, arrojo
a la calle para que se busque la vida y llene de excrementos calles, plazas y
parques…, además de los consiguientes peligros que eso supone a las personas
que deambulan por esos espacios.
También podríamos hablar de ese
perro, que ladra en el momento que “pasa un mosca”, pase a las tres de la tarde
o a las cuatro de la mañana. Y es que “bendita” sea la gracia de despertarte,
bien de la siesta o bien de un sueño oyendo ese agradable sonido que Dios le dio
a los perros y que sólo oyen los vecinos que no tenemos perros, y que por algún
misterio de la naturaleza no oyen los “perro-amantes”.
Y por último, no quisiera hablar
de los que, “amantes” de sus animales, desean compartir su amor y sus mascotas
con sus bebés y bebitas, y ahí hacen una mezcla extraña de amor y pasión tanto
por sus hij@s, como por sus perritos, gatitos, etc., a partes iguales. Extraña
forma de sentir cariño. Creo que hemos perdido un poco la perspectiva, así como
la separación entre el mundo animal y el mundo vegetal, pues hay por ahí
demasiados “lechuguin@s”.
Si es cierto que esta entrada, no
gustará a tod@s, pero no trato de agradar, tan sólo me gustaría concienciar a
las personas que leen esto y que tienen animales de compañía, que les agrada a
ellos, pero que molestan sin “querer”, a las personas que no eligen la compañía
de animales…, respeten y responsabilícense.
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