jueves, 16 de junio de 2011

La educación y la indignación

En estos días uno de los temas recurrentes a través de todos los medios de comunicación es la movlilización social del 15-M, así como todo lo que está derivando de ello; lo bueno y lo malo, lo constructivo y lo degenerativo. Si miramos la cara positiva, en la que un grupo social bastante amplio se ha mostrado indignado por los temas más diversos que siempre terminan confluyendo en la política y en el panoramo socio-económico.


Desde una visión educativa tenemos que tener muy claro que el acto de indignarse no es del todo pedagógico, ya que en el propio acto puede estar contenida la rabia y la incontinencia emocional (gritos, desafios, ruptura de normas y leyes, etc.).
Es por ello que como padres, educadores, maestros, tenemos que transmitirle a nuestr@s hij@s, alumn@s, la idea de la indignación a través de otras formas relacionadas con la misma, como son el inconformismo, la postura crítica ante lo que no nos gusta, etc. Debemos buscar ideas más constructivas ante los actos que nos indigna, antes que indignarnos simplemente. Tenemos que ser constructivos ante la injusticia, tenemos que movernos hacia el deseo de cambiar, antes que gritar sin más movimiento que el que efectua nuestra "epiglotis".

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